jueves, 11 de agosto de 2016

ITALO TAJO, "Cuando la música seria no lo es tanto"

Cuando era niño, mi primera impresión de la "Música Seria" fue que era hecha por gente muy seria y que era interpretada por gente mucho más seria aun. Pero estaba muy equivocado y felizmente lo descubrí muy temprano, en esto tuve la ayuda de Italo Tajo.
Italo Tajo fue un bajo italiano, muy popular en su tiempo, que lamentablemente dejó muy pocas grabaciones. Muy popular en la Opera Buffa, pero que también atacó con gran éxito el repertorio dramático.
En mi hogar de infancia, se escuchaba música muy diversa, pero el 70% al menos, era música docta o lírica. Es por esto que para mi era lo más natural del mundo desayunar con Rachmaninov, almorzar con Puccini y cenar con Rimsky Korsakov. Esto no les agradaba mucho a mis hermanos, pero mi padre no imponía nada, así que a ellos, él le asignaba un tiempo diario para que escuchasen la música que más les gustaba. Y además su propia música la escuchaba muchas veces en un cuarto que él tenía dispuesto para ello y le servía además para leer, reflexionar y proteger de nosotros muchas cosas, como herramientas, medicamentos, sus tesoros más sagrados y nuestros regalos de cumpleaños, navidad y los que nos requisaban por castigo cuando hacíamos alguna barrabasada.Para mi la música docta era natural, corriente, casi incidental en mi vida. Al principio no le tomé mucho asunto, ella estaba allí solamente, suponía que de ese modo estaba en la vida de todos los niños y de todos los hogares. Luego fue que me di cuenta que habían algunas diferencias. Que algunos la llamaban

"Música Seria" y que a no muchos les gustaba, tal vez las piezas más populares y de pasada nada más. Entonces creí que esta música era más formal y exigía una conducta ad hoc, que como música "Seria", no dejaba espacio para el divertimento, palabra clave para el gran Mozart.
Fue entonces que un buen día, mi padre sacó un tocadiscos minúsculo de su cuarto y lo instaló, yo creí que era un juguete y que no servía como tocadiscos... Pensé que solo servía para jugar, más aun lo creí cuando también sacó un disco de los de siete pulgadas y 45 revoluciones por minuto. Era traslúcido y de un bello color rojo, eso me causó mucha gracia. Era un disco hecho para ese pequeño reproductor.... o el reproductor estaba hecho para brillar tocando esos pequeños discos liliputienses. Sea como fuese, yo estaba intrigado con la demostración de mi papá.
Mayor aun fue mi impresión cuando el disco giraba a una velocidad mayor a la que yo conocía y cuando comenzó a sonar la música que el contenía. Entonces me dió mucha risa. Tenía cinco añitos.... Era música "Seria", pero ejecutada de una manera muy graciosa para mi. 

Era un disco como este:
Y este es su mágico reproductor...
Es hermoso como a los niños todas las cosas nuevas los impresionan, cosas que para nosotros son sumamente corrientes. Yo solo conocía los discos color negro, los grandes, de 33 1/3 RPM, todo esto era nuevo para mi.Como nuevo fue escuchar las famosas "vitrolas", que también mi papá tenía y cuando en ellas me tocó discos que tenían un solo lado grabado. Como cuando con un cono de papel y con una aguja clavada en el extremo cerrado del cono, lo colocó sobre un disco y así me enseñó como funcionaba el principio de las Vitrolas y luego pasó a explicarme como esto se aplicaba a la reproducción eléctrica de las capsulas y agujas y los tocadiscos conectados a un amplificador... 
Todo me maravillaba en aquellos tiempos, y este disco pequeño y divertido jamás se me olvidó y lo seguí escuchando siempre hasta hoy... Me ayudó mucho y fue protagonista de mi enamoramiento de la música, de la música en general, antes la música para mi era algo incidental... estaba allí, ahora yo la buscaba, trataba de recordarla y conocerla, la buscaba y definía cual me gustaba más.
La otra cara del disco de 45rpm. contenía otra aria muy bella que me gustó de inmediato: "Non più andrai" de Las Bodas de Figaro de Mozart. Esa versión también se las presento aquí:

Y de la película El Barbero de Sevilla de 1947, donde Don Basilio es el bajo Italo Tajo, les dejo otra versión de "La Calunnia". La calidad de la película, no se conserva muy bien, pero de todos modos sirve como documento.
Un padre puede hacer mucho por su hijo cuando es pequeño. Un padre puede abrir las ventanas de lo mejor del mundo a sus hijos y en la mejor edad para crecer y formar nuestra esencia... No es tan difícil formar hombres buenos y felices.

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